lunes, 28 de septiembre de 2009

pez cofre cornudo


Lactoria cornuta
?Pez cofre cornudo
Lactoria cornuta en el Aquarium Finisterrae
Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo:
Chordata
Clase:
Actinopterygii
Orden:
Tetraodontiformes
Familia:
Ostraciidae
Subfamilia:
Ostraciinae
Género:
Lactoria
Especie:
Lactoria cornutaLinnaeus,1758
El pez cofre cornudo o pez vaca (Lactoria cornuta), una variedad de Pez cofre de la familia de los Ostraciidae, reconocible por los largos cuernos que sobresalen al frente de su cabeza, como los de una vaca o un toro. Estos peces miden unos 10 centímetros de largo, aunque pueden llegar hasta los 51.
Los adultos son generalmente solitarios y territoriales, viviendo sobre arena o escombros hasta una profundidad de 50. Son omnívoros: se alimentan de algas bentónicas, algunos microorganismos, y los foraminíferos que filtran de los sedimentos, corales, esponjas, poliquetos de la arena, moluscos, crustáceos pequeños, y peces pequeños, siendo capaz de alimentarse de invertebrados bentónicos al soplar chorros de agua en el sustrato arenoso.
Hábitat [editar]
Principalmente viven en arrecifes de coral en lagunas, sobre pisos de arrecife, y protegidos por ellos mar adentro. Los juveniles se asocian con corales Acropora. El rango de profundidad en el que se encuentran es de 1-45 m, quizá de 100 m.
Viven en la región Indo-Pacífica: del Mar Rojo y África del Este hacia el este a través de Indonesia a Marquesas; hacia el Norte a Japón meridional.
Fisiología [editar]
No se conoce dimorfismo sexual, así que varón y hembra exhiben un color que va del amarillo al bajo verde oliva, que se adorna con puntos blancos o azulados. El apareamiento (inviable en cautividad) sucede momentos antes o después de la puesta del sol. Los huevos y las larvas son pelágicos.
Una distinción de otros peces es la falta de cobertura de agallas, que se sustituye por una pequeña rendija o agujero. Las escamas hexagonales en forma de placa de estos peces están fusionados para formar un caparazón sólido, triangular y en forma de caja, a partir del cual sobresalen las aletas y la cola. Su método único de natación, llamado natación del ostraciforme, los hace mirar como si se estuvieran asomando. Al tener ningún esqueleto pélvico, carecen de aletas pélvicas. Son nadadores tan lentos que el pez cofre cornudo se coge fácilmente a mano, haciendo un ruido el gruñir cuando están capturados. Ésta es la especie de pez cofre mejor conocida en acuarios domésticos y, dado que se aclimata bastante bien a los acuarios domésticos, se está haciendo cada vez más popular como mascota.
Defensa [editar]
Si se estresa seriamente, esta especie exuda una toxina mortal, ostracitoxina, un veneno ichthyotóxico, hemolítico, termoestable, no-dializable, sin proteínas en las secreciones mucosas de su piel. Es al parecer única entre los venenos conocidos de los peces; es tóxica para el pez cofre y se asemeja a características de las toxinas de mareas rojas y del pepino del mar.

calamar


Reino:
Animalia
Filo:
Mollusca
Clase:
Cephalopoda
Subclase:
Coleoidea
Superorden:
Decapodiformes
Orden:
TeuthidaA. Naef, 1916
Subórdenes
Myopsina
Oegopsina
Los téutidos (Teuthida) son un orden de moluscos cefalópodos conocidos vulgarmente como calamares (debido a su "hueso" calcáreo, conocido como pluma o caña = calamus en latín) . Contiene dos subórdenes, Myopsina y Oegopsina (el último incluye al Architeuthis dux, el calamar gigante y al Mesonychoteuthis hamiltoni o calamar colosal). Son animales marinos y carnívoros.
Contenido[ocultar]
1 Anatomía
2 Clasificación
3 Mitología
4 Aplicaciones gastronómicas
5 Véase también
6 Enlaces externos
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[editar] Anatomía
Los calamares poseen dos branquias, y un sistema circulatorio cerrado asociado formado por un corazón sistémico y dos corazones branquiales.
Sus tentáculos musculados están dotados de ventosas, y si se arrancan no pueden volver a crecer. Los calamares pueden camuflarse en el medio con gran facilidad para evitar a sus depredadores.
También tienen unas células llamadas cromatóforos en su piel que otorgan al calamar la cualidad de cambiar de color en caso de sentirse amenazados, estrategia que combinan con la expulsión de la tinta que producen. Su concha es interna, a diferencia de otros animales similares, como el pulpo, que carecen de ella; y está formada por una pieza delgada y plana unida a su cuerpo. Disponen de un órgano llamado hipónomo, que les permite moverse al expulsar agua a presión.
La boca del calamar está equipada con un pico afilado, que utiliza para matar y despiezar a sus presas en trozos manejables. En los estómagos de muchas ballenas capturadas se encuentran picos de calamares, ya que son la única parte de este animal que no se puede digerir. La boca del calamar aloja a la rádula, una especie de la lengua común de todos los moluscos a excepción de los bivalvos y los aplacóforos. El calamar es exclusivamente carnívoro, alimentándose de peces e invertebrados, que capturan con dos tentáculos diferenciados de mayor longitud. Son voraces, de movimientos muy rápidos y con un crecimiento muy acelerado; pueden llegar a ser muy abundantes en algunos mares. La mayoría viven un año, y mueren después de desovar, aunque algunas especies gigantes pueden vivir dos o más años.
La mayoría de los calamares no miden más de 60 cm, aunque los calamares gigantes pueden medir hasta 13 m. En 2003, se descubrió un individuo de una especie abundante pero muy poco conocida, Mesonychoteuthis hamiltoni; los individuos de esta especie pueden llegar a medir hasta 14 metros, convirtiéndose así en el invertebrado más grande del mundo, y poseedor del ojo más grande del reino animal. Los calamares gigantes están muy presentes en la literatura y el folclore tradicional, en la mayoría de los casos asociados a terribles ataques.
[editar] Clasificación

Orden Teuthida - calamares
Suborden Myopsina
Familia Loliginidae
Suborden Oegopsina
Familia Ancistrocheiridae
Familia Architeuthidae - calamar gigante
Familia Bathyteuthidae
Familia Batoteuthidae
Familia Brachioteuthidae
Familia Chiroteuthidae
Familia Chtenopterygidae
Familia Cranchiidae
Familia Cycloteuthidae
Familia Enoploteuthidae
Familia Gonatidae
Familia Histioteuthidae
Familia Joubiniteuthidae
Familia Lepidoteuthidae
Familia Lycoteuthidae
Familia Magnapinnidae
Familia Mastigoteuthidae
Familia Neoteuthidae
Familia Octopoteuthidae
Familia Ommastrephidae
Familia Onychoteuthidae
Familia Pholidoteuthidae
Familia Promachoteuthidae
Familia Psychroteuthidae
Familia Pyroteuthidae
Familia Thysanoteuthidae
Familia Parateuthis (grupo incierto)
Familia Walvisteuthidae
[editar] Mitología
Los calamares de gran tamaño han dado lugar, junto a los pulpos gigantes a la leyenda escandinava del kraken.
[editar] Aplicaciones gastronómicas
Artículo principal: Calamar (gastronomía)

Ración de rabas (calamares a la romana)

Bocadillo de calamares.
Diversas especies de calamar son muy utilizadas en cocinas tan distintas como la japonesa, la italiana o la mexicana. En su cocción es importante cocinarlos brevemente porque su carne se endurece con un exceso de cocción. Las presentaciones más populares son relleno y cortado en anillos (rabas) y frito.Hay muchas formas en que se cocina en todo el mundo:
Calamares rebozados. El cuerpo se corta en anillos (rabas), se sumerge en una masa de fritura y se fríe a alta temperatura. Esta preparación es común en España y en otros países, como Grecia.
En el Mediterráneo se suele utilizar su tinta en las elaboraciones, por ejemplo el arroz negro, el risotto de calamares y los spaghetti al nero di seppia (espaguetis al negro de sepia).
La bullabesa y otros guisos de marisco suelen contener calamar
En la cocina china y del sudeste asiático es un ingrediente muy popular en una gran variedad de salteados, platos de arroz y de tallarines. Se suele consumir muy especiado.
En México se emplea en una variedad de platillos, particularmente extensa en las costas del Pacífico (se emplea menos en las costas del Atlántico), combinándose frecuentemente con arroz o con productos de maíz. En costas del estado de Oaxaca, por ejemplo, se elaboran tamales de maíz en hoja de árbol de plátano.
El calamar entero a la parrilla se vende en puestos ambulantes en Tailandia y Japón.
Secado al sol, cortado en tiras y envasado al vacío, se utiliza como aperitivo en el Este de Asia.
Se utiliza mucho en elaboraciones de sushi y sashimi.
En Japón el calamar se sala abundantemente y de un modo semejante al antiguo garum mediterráneo se deja fermentar junto con sus vísceras, hasta un mes, y se vende en pequeños tarros. Se utiliza para acompañar al arroz, y tiene un sabor muy fuerte y salado. Este producto se denomina shiokara en japonés. Architeuthis
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?Calamar Gigante
Calamar gigante, Architeuthis, modificado a partir de una ilustración de A.E. Verrill, 1880
Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo:
Mollusca
Clase:
Cephalopoda
Subclase:
Coleoidea
Orden:
Teuthida
Suborden:
Oegopsina
Familia:
ArchiteuthidaePfeffer, 1900
Género:
ArchiteuthisSteenstrup en Harting, 1860
Especies
Architeuthis dux Steenstrup, 1857
?Architeuthis hartingii Verrill, 1875
?Architeuthis japonica Pfeffer, 1912
?Architeuthis kirkii Robson, 1887
?Architeuthis martensi (Hilgendorf, 1880)
?Architeuthis physeteris (Joubin, 1900)
?Architeuthis sanctipauli (Velain, 1877)
?Architeuthis stockii (Kirk, 1882)
Sinonimia
Architeuthus Steenstrup, 1857
Dinoteuthis More, 1875
Dubioteuthis Joubin, 1900
Megaloteuthis Kent, 1874
Megateuthis Hilgendorf, 1880
Mouchezis Velain, 1877
Plectoteuthis Owen, 1881
Steenstrupia Kirk, 1882
El calamar gigante o megaluria, creída una criatura mítica, es un calamar de la familia Architeuthidae, representados por unas ocho especies del género Architeuthis.[1]
Son animales de inmersión profunda, que crecen en dimensiones prodigiosas: recientes estimaciones dan un máximo de 15 m para machos y de 17-19 m para las hembras. Aunque se ha especulado la existencia de ejemplares de mucho más de veinte metros y media tonelada de peso, no está constatado. Uno de los mayores especímenes fue una hembra, cuyo cadáver quedó varado en una playa de Nueva Zelanda, en 1887, que medía en torno a los 18 metros de largo. También se habla de otro ejemplar capturado accidentalmente en el año 1933, en aguas neozelandesas, de 21 metros y 275 kilos de peso.
Los tentáculos, que llegan a medir de 2,5 a 6 veces la longitud del manto, o saco visceral que hay sobre la cabeza, forman la mayor parte de la longitud corporal. El 30 de septiembre de 2005, estudios del Museo Nacional de Ciencias de Japón y la Asociación de observadores de Ballenas de Ogasawara obtuvieron imágenes de un calamar gigante en su hábitat natural.[2] Se obtuvieron 556 fotos en 2004. Y el mismo equipo filmó un calamar gigante por primera vez el 4 de diciembre de 2006.[3]
Contenido[ocultar]
1 Morfología y anatomía
1.1 Visión
2 Tamaño
3 Alimentación
4 Reproducción
5 Especies
6 Distribución
7 Desplazamiento
8 Historia y mito
9 Calamares gigantes en la cultura
10 Referencias
11 Véase también
12 Enlaces externos
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[editar] Morfología y anatomía
Artículos principales: Calamar y Cefalópodo

Tentáculo de un calamar gigante
A pesar de su enorme tamaño, el calamar gigante no es particularmente pesado al compararlo con su principal predador, el cachalote, debido a que su prominente longitud se debe principalmente a sus ocho brazos y dos tentáculos. Los pesos de los especimenes capturados se han medido en centenares, incluso en miles, de kilogramos. Los juveniles postlarvales han sido descubiertos en aguas superficiales de Nueva Zelanda. Existen planes de captura para estos ejemplares jóvenes con la finalidad de ser estudiados.
Se conoce muy poco acerca de su ciclo reproductivo. El macho tiene un espermatóforo prensil o tubo de depósito; que actúa como pene, de 9 dm. de longitud, que extiende desde dentro del manto, y aparentemente usa para inyectar esperma dentro del depósito de la hembra (localizado en un brazo). Aunque el medio por el cual el esperma es transferido a la masa de óvulos es materia de mucho debate, una captura en Tasmania de un especímen hembra con un pequeño subsidiario tendril fijado a la base de cada uno de sus ocho brazos podría ser vital para resolver la cuestión. Esta especie pierde los hectocotilos usados en la reproducción como en muchos otros cefalópodos.

Pedazo de piel de cachalote con marcas de las ventosas de un calamar gigante.
Los brazos están equipados con centenares de ventosas de succión en dos filas a lo largo, cada una montada en una base individual, y provisto alrededor de su circunferencia con un anillo dental que lo ayuda a capturar su presa por aferrarlo firmemente entre la succión y la perforación. El tamaño de las ventosas varía de 2 a 5 cm. de diámetro, y es común encontrar sus marcas o cicatrices circulares cerca de la boca de los cachalotes que cazan estos animales. Otro predador conocido del calamar gigante, es el tiburón soñoliento Somniosus pacificus, en el océano Antártico, pero no se conoce si esos tiburones activamente los cazan, o son simplemente limpiadores de carcasas de calamares. Uno de los más inusuales aspectos de esta especie (como también en algunas otras especies de calamares de grandes dimensiones) es su tendencia a mantener densidades bajas de amonio en relación con el agua de mar y así mantener flotabilidad neutra, buoyancia, en su ambiente natural (la columna de agua), ya que carecen filogenéticamente de una vejiga natatoria llena de gas como usan para esa función los peces teleósteos, se sirven del cloruro de amonio que hay por su tejido muscular. Como todos los cefalópodos, los calamares gigantes tienen órganos especiales estatocistos para sensar su orientación y movimiento en el agua. La edad de un espécimen puede determinarse por medio de "anillos de crecimiento" en los estatolitos del estatocisto, análogo a determinar la edad de un árbol contando sus anillos, de lo que se deduce que los machos crecen unos 2,6 mm. al día y las hembras 4,68 mm.
[editar] Visión
Con un diámetro de hasta 25 cm, el Architeuthis dux es considerado el animal con los ojos más grandes, aunque se cree que el calamar colosal podría tenerlos aún más grande. Estos ojos carecen de membrana córnea (ojos oegópsidos), igual que las otras especies de potas y voladores, a diferencia de los calamares verdaderos que la tienen.
Los Cefalópodos se distinguen del resto de los invertebrados por poseer un complicado sistema visual. Tanto el sistema visual de los cefalópodos como el de los vertebrados son un ejemplo de evolución convergente. Esto significa que ambos grupos de animales son semejantes, pero su habilidad para ver se desarrolló por separado en cada grupo. De hecho, si comparamos los ojos de un calamar con los nuestros, encontramos notables diferencias en cuanto a su anatomía. Tanto los calamares como los humanos tienen ojos simples, con pupilas, iris y retina.
[editar] Tamaño

Un espécimen de calamar gigante de más de 4 metros de largo, sin sus dos tentáculos que le sirven para alimentarse.
La tasa de crecimiento de un calamar gigante es extraordinariamente rápida. Crecen 3-5 cm/día, son el animal con la tasa de crecimiento más rápida, de ahí que en pocos años tengan ese tamaño descomunal. Particularmente su longitud total, ha sido frecuentemente exagerada. Hay observaciones de especímenes que miden mucho más de los 22 metros de longitud, pero nunca se ha documentado científicamente. Tales longitudes quizás se confundan debido a las grandísimas extensiones de sus dos tentáculos para alimentarse, análogos a bandas elásticas. El ejemplar de 1887 realmente medía 16,5 metros, lo restante es consecuencia de este estiramiento post mortem.
El calamar gigante alcanza tamaños considerables, con registros de largo del manto (LM) superiores a 4,5 m, largo total de la mayoría de los registros de 6 a 12 m. Este género presenta un dimorfismo sexual pronunciado. El peso máximo se estima en 300 kg. hembras, y 175 kg. en los machos.[4] . Los machos tienen una vida más corta que las hembras y maduran sexualmente más tempranamente, se estima que los machos viven en torno a un año y las hembras les duplican o triplican los años.
[editar] Alimentación

Diorama del Museo Americano de Historia Natural, que escenifica un encuentro submarino ficticio entre un cachalote y un calamar gigante.
Aunque el calamar gigante tiene ocho brazos, son los dos tentáculos más largos los que le sirven para capturar las presas, pudiendo llegar a 12 m. de largo. Cada tentáculo está equipado con ventosas, las cuales presentan una especie de anillo con dientes. Mientras que estos hacen succión, los dientes se clavan en la piel de la víctima, proporcionando así una mayor seguridad a la hora de acechar a sus presas. La boca de los calamares se parece bastante al pico de un loro. La lengua está equipada con un órgano llamado rádula, encargado de saborear la presa antes de que pase al esófago para que pueda ser digerida.
En los estudios realizados de alimentación, en sus estómagos se han encontrado un alta porcentaje de bacaladillo y otros peces. Las últimas necropsias también revelan restos de pequeños crustáceos. Por otro lado, los calamares son el bocado predilecto de los cachalotes, los cuales descienden hasta la zona abisal (más de 1.000 m) para hacerse con su carne, dando así origen a titánicas peleas submarinas. También son el alimento de peces óseos y cartilaginosos de profundidad y de aves marinas como el albatros “Diomedea exulans”.[4]
[editar] Reproducción
Como los grandes mamíferos (elefantes, ballenas, gorilas,etc.), los calamares se pasan su vida creciendo para madurar y reproducirse. Para determinar la edad de un calamar se estudian los huesos del oído -los estatolitos-, los órganos del equilibrio, los cuales presentan una serie de anillos concéntricos como los que presentan los troncos de los árboles; lo único que hay que hacer es contar ese número de anillos para determinar la edad de un calamar. La edad máxima que puede alcanzar es de 3 años.
Como muchos peces, los calamares tienen muchas limitaciones para poder reproducirse. Si las cosas van mal un año, ya bien sea por una mala salud, malas condiciones ambientales, etc., en los siguientes años van a tener muchos problemas para poder reproducirse. Los calamares compensan esto poniendo grandes cantidades de huevos.
Por comparación del aparato reproductor del calamar gigante con el de otros calamares, se considera probable que las puestas consistan en pequeños huevos rodeados de una masa gelatinosa, dejados a la deriva en la columna de agua. Los ovocitos son pequeños, ovales, de 1,2-2,5 mm de diámetro mayor. Se estimaron fecundidades potenciales entre 1 millón y 12 millones de ovocitos. Los machos producen espermatóforos de 80-200 mm de longitud y las hembras carecen de espermatecas. Se desconoce cómo se produciría la inseminación y posteriormente la fecundación de los ovocitos. Se hallaron espermatangios (espermatóforos devaginados) implantados en varias partes corporales de hembras y machos (manto, cabeza, ojos, brazos, tentáculos, cavidad sifonal y órgano teminal de un macho). Se sugirió que el desove sería intermitente y prolongado. Las paralarvas son epipelágicas. [4]
Los calamares gigantes, tanto del género Architeuthis Dux como en el Taningea Danae, se caracterizan por tener un sistema reproductor bastante diferenciado de los demás cefalópodos. Por ello poseen un órgano copulador o pene, que puede llegar a alcanzar los 85 cm de longitud en el Taningea y los 78 en el Architeuthis.
En el caso del Taningia, no solamente posee un órgano reproductor, fácilmente visible, por encontrarse exteriorizado, teniendo este, una longitud tan larga como los brazos. También posee otro de similares características, aunque algo más pequeño (1/5 parte) dentro del manto.
[editar] Especies

Distribucion actual del calamar gigante.
La taxonomía del calamar gigante, como con muchos géneros de los cefalópodo, no se ha resuelto completamente. Existe bastante controversia aunque lgunos científicos han propuesto estas ocho especies:
Architeuthis dux, "Calamar gigante del Atlántico"
Architeuthis hartingii
Architeuthis japonica
Architeuthis kirkii
Architeuthis martensi
Architeuthis physeteris
Architeuthis sanctipauli, "Calamar gigante del Sur"
Architeuthis stockii
Es probable que no todas sean especies distintas. No se disponen de bases genéticas o físicas para distinguir entre los nombres de las especies que se han propuesto, según la ubicación de la captura del espécimen, para describirlos. La peculiaridad de las observaciones de especímenes y de la dificultad extrema de observarlos vivos, de seguir sus movimientos, o de estudiar sus hábitos dificulta un estudio completo.

El Architeuthis sanctipauli fue descrito en 1877 basandose en un espécimen que se encontraba varado en la Isla de San Pablo tres años antes.
En el FAO Species Catalogue of the Cephalopods of the World de 1984, C.F.E. Rope, M.J. Sweeney y C.F. Nauen escribieron:
"Muchas especies han sido nombradas en un solo género de la familia Architeuthidae, pero estarían inadecuadamente descriptos y pobremente entendidos, por lo que la sistemática del grupo sigue confusa."
Kir Nazimovich Nesis (1982, 1987) considera que solo tres especies son válidas.
En 1991, Frederick Aldrich de la Memorial University de Newfoundland, escribió:
"Rechazo el concepto de 20 especies separadas, y hasta que no se resuelva este asunto, elijo colocarlos a todos en sinonimia con Architeuthis dux Steenstrup."
En carta a Richard Ellis del 18 de junio de 1996, Martina Roeleveld del South African Museum, escribió:
"Hasta ahora, no he visto nada que me sugiera que pudo haber más de una especies de "Architeuthis"."
En Cefalópodos: Guía Mundial (2000), Mark Norman escribió lo siguiente:
"El número de especies de calamares gigantes no es conocido, aunque el consenso general entre investigadores es que al menos hay tres especies, una del océano Atlántico (Architeuthis dux), una del océano Antártico (A. sanctipauli) y al menos una en el océano Pacífico Norte (A. martensi)."
[editar] Distribución
Se encuentran en todos los océanos aunque resulta raro hallarlos en aguas tropicales y polares.[4] . Se han encontrado en el Atlántico Norte, Escocia, Irlanda, Sudáfrica, Nueva Zelanda y España, concretamente en el Caladero de Carrandi, entre las 18 y 30 millas (vertical de Colunga) y en las Canarias. Cepesma posee 21 calamares gigantes de distintas especies. Los Architeuthis expuestos van desde los 6 m a los 13 m de longitud. El primer ejemplar es una hembra inmadura de 1,5 años y 147 kg. El segundo ejemplar pesa 140 kg y tiene tentáculos de 6,5 m de longitud. También hay ejemplares de 120, 114, 107 kg., entre los más grandes.
[editar] Desplazamiento
El desplazamiento de los calamares gigantes del género Architeuthis Dux se efectúa mediante su sifón, algo parecido a un sistema de “propulsión a chorro”. Las dos pequeñas aletas que tienen en el manto les sirven como estabilizadores.
Por sus proporciones, los calamares gigantes fuera del agua son, de manera indiscutible, realmente pesados, sin embargo en el agua poseen una flotabilidad neutra. Esto se debe a una alta concentración de iones de amonio en sus músculos.[5] Los iones amonio son más pesados que el agua de mar, por lo cual el animal puede mantener el nivel en el agua sin necesidad de un alto gasto energético nadando constantemente.[6] Aunque el amonio es tóxico para la mayoría de los animales, y debe ser desechado en forma de urea, o ácido úrico, el calamar de alguna forma aún desconocida para nosotros, acumula esta sustancia tóxica sin ser dañado. Por esta razón para nosotros es tóxica la carne de este cefalópodo, en cambio para el cachalote no lo es[4] .[7]
[editar] Historia y mito
Aristóteles, que vivió en el siglo IV a. C., describió un calamar de gran tamaño, que él denominó teuthus, distinguiéndolo del calamar más pequeño, los teuthis. Él menciona que “de los calamaries el teuthus es mucho más grande que los teuthis; entre los teuthi [plural del teuthus] se han encontrado ejemplares de un tamaño de hasta cinco brazas.”[8]
Plinio el Viejo, que vivía en el siglo I d. C., también describió un calamar gigantesco en su Naturalis Historiæ, con la cabeza “tan grande como un barril”, los brazos 9,1 m. de largo, y una masa corporal de 320 kilogramos.
Las historias sobre calamares gigantes son comunes entre marineros desde tiempos remotos. La existencia de estas historias se remontan a la leyenda noruega del kraken. En 1755 se usó esa palabra para describir a una gran serpiente marina que nadaba cerca de un barco en la costa de Noruega.

El Alecton intentando capturar un calamar gigante en 1861.
Japetus Steenstrup elaboró una serie de documentos sobre el calamar gigante en la década de 1850. Él fue el que acuñó el término "Architeuthis", utilizándolo para definir a los calamares gigantes, en un documento en 1857 [9] . Una parte de un calamar gigante fue guardada por el barco francés Alecton en 1861, este hallazgo permitió un mayor conocimiento por parte de la comunidad científica de la especie/género. Entre 1870 y 1880, se encontraron un gran número de calamares varados en las costas de Terranova. Por ejemplo, un espécimen de Thimble Tickle Bay en Terranova, hallado el 2 de noviembre de 1878, medía 6,1 m (20 pies) de largo. Uno de sus tentáculos medía 10,7 m (35 pies) de largo y se estimó que tenía un peso de 2,2 toneladas. En 1873, un calamar "atacó" a un ministro y a un niño en un Dory en Isla Bell, Terranova. También se han encontrado calamares gigantes varados en Nueva Zelanda a finales del siglo XIX.

Calamar gigante en la Bahía Logy, Newfoundland en Reverend Moses Harvey, noviembre/diciembre de 1873
Aunque se siguen produciendo varamientos esporádicamente en todo el mundo, nunca han ocurrido con tanta frecuencia como los ocurridos en Terranova y Nueva Zelanda durante el siglo XIX. No se sabe por qué algunos calamar gigante quedan varados en las playas, pero puede ser debido a que la diferencia de profundidad, el agua fría donde el calamar vive está temporalmente alterada. Muchos científicos que han estudiado varamientos en masa de calamares creen que son cíclicos y previsibles. El espacio de tiempo entre varamientos no se conoce, pero el especialista Frederick Architeuthis Aldrich propuso que debía ser de unos 90 años. Aldrich utiliza este valor para explicar correctamente una varada relativamente pequeña que se produjeró entre 1964 y 1966.
En 2004, un calamar gigante, que más tarde fue llamado "Archie", se capturó frente a las costas de la Islas Malvinas por un arrastrero. Medía 8,62 m de largo y fue trasladado al Museo de Historia Natural de Londres para ser estudiado y conservado. Fue mostrado en una exposición del museo el 1 de marzo de 2006. Los hallazgos de un espécimen completo son muy raros, ya que la mayoría de los especimenes se encuentran en malas condiciones después de haber sido lavados en las playas cuando estaban muertos o de sido recuperados del estómago de cachalotes muertos.

Un "espécimen casi perfecto", visto en la Bahía Trinity, Newfoundland, el 27 de septiembre de 1877. Medía 10 m de largo total, distancia cercana a la máxima longitud conocida en un calamar gigante.
Los investigadores llevaron a cabo un minucioso proceso para preservar el cuerpo. Fue transportado a Inglaterra congelado a bordo de un arrastrero y, a continuación, se descongeló, proceso que duró cerca de cuatro días. La principal dificultad del deshielo es que el espeso manto llevó mucho más tiempo que los tentáculos. Para evitar que los tentáculos se pudrieran, los científicos los cubrieron con bolsas de hielo, y el manto lo bañaron en agua. Luego se inyectó el calamar con una solución formol-salina para evitar su podredumbre. La criatura se encuentra ahora en una vitrina de 9 m largo en el Centro Darwin en el ya citado Museo de Historia Natural.
En diciembre de 2005, el Acuario de Melbourne en Australia pagó 100.000 dolares autralianos (alrededor de £ 47,000 libras esterlinas o 90.000 dólares estadunidense) por el cuerpo intacto de un calamar gigante, conservado en un gran bloque de hielo, que había sido capturado por los pescadores de la costa de Nueva Zelanda s Isla Sur ese año.[10]
Recientemente se obtuvieron las primeras imágenes de un calamar gigante vivo. Fue un equipo japonés del Museo Nacional de la Ciencia de Tokio, que siguió a un grupo de cachalotes, el único depredador conocido del calamar gigante, hasta el lugar en el que se alimentaban. En las profundidades de las islas Ogasawara, en el océano Pacífico, el equipo suspendió en varias ocasiones una cuerda a la que ató un cebo (potera) de calamares comunes y gambas, junto con una cámara fotográfica. El 30 de septiembre de 2005 apareció por varios medios de relevancia mundial la noticia: «El calamar gigante adulto atacó finalmente uno de los cebos, lo que permitió que se tomaran más de 550 fotos del animal en su lucha por liberarse» (aunque las fotografías fuesen hechas el año anterior). El calamar perdió un tentáculo de 5,5 m de largo en su forcejeo, lo que permitió inferir una longitud total entre los siete y ocho metros.
A principios de diciembre de 2006, el mismo equipo liderado por Tsunemi Kubodera consiguió de nuevo capturar y filmar un calamar gigante de la especie Architeuthis dux en su medio natural y en la superficie (nunca se había conseguido).[11] El día 4 de diciembre de 2006, frente a las islas Ogasawara, se capturó una hembra joven de 3,5 m de extremo y de 50 kg (un tamaño pequeño si comparamos con los 21 m y 275 kg que han llegado a alcanzar algunos individuos de esta especie). Se utilizó cebo de calamar común al final de una cuerda, y se le añadió una cámara. El animal pudo ser llevado hasta la superficie para ser investigado, pero murió.
El número de especímenes conocidos calamar gigante se ha estableció en unos 600 en 2004,[12] y cada año se continúan registrando nuevos especimenes.[13] La búsqueda de Architeuthis vivos supone la captura de individuos jóvenes, incluyendo algunos en estado larvario. Las larvas de los calamares gigantes son muy similares a las de Nototodarus y Moroteuthis .
[editar] Calamares gigantes en la cultura

Ilustración de la edición original de Veinte mil leguas de viaje submarino mostrando un calamar gigante
El carácter esquivo del calamar gigante y su apariencia aterradora son imágenes que se han establecido firmemente en la mente humana. La imagen que tiene el hombre del calamar gigante ha evolucionado desde que aparecieron las primeras leyendas sobre el kraken hasta la aparición del libros como Moby Dick, Veinte mil leguas de viaje submarino o, la reciente novela, El Rojo de Berhard Kegel.[14]
En particular, una imagen muy recurrente ha sido la de un calamar gigante que atrapa con sus tentáculos a un cachalote, cuando en realidad, el calamar frecuentemente es la presa del cachalote

evolucion del hombre


Darwin tomó de la geología, algunas de las pruebas del origen natural del hombre, utilizando los testimonios de aquélla sobre la historia de la Tierra y el desarrollo de la vida en ésta. En este respecto tuvieron una gran importancia las obras de Lyell, aun cuando éste tardó bastante en reconocer la gran antigüedad de la especie humana. En cuanto a los antiguos seres humanos, los antropólogos de la época de Darwin ya disponían de algunos vestigios fósiles de los mismos. Se trataba del cráneo de Gibraltar, la bóveda craneana de Neandertal y la mandíbula inferior de la Naulette. Las peculiaridades morfológicas de estos fósiles ponían de manifiesto la existencia de un grupo especial de seres antiguos con un tipo primitivo de estructura.
De no menor importancia eran los entonces y abundantes hallazgos arqueológicos de utensilios de piedra, descubiertos por ese entonces y cuya gran antigüedad había sido demostrada en Francia por Jacques Boucher de Perthes. Estos hallazgos debilitaron grandemente las posiciones de los creacionistas, quienes no admitían una antigüedad del hombre en la Tierra superior a los seis o siete mil años. Darwin tomó de la anatomía y fisiología comparadas otras pruebas, mediante las cuales fue posible comprender los rasgos de semejanza y diferencia de los organismos por su forma, estructura, funciones y desarrollo. La ciencia que trata del desarrollo del embrión --la embriología--, le facilitó datos importantísimos que demostraban la semejanza del hombre con los animales. Darwin recurrió también a los aportes de la taxonomía, que clasifica todos los organismos, actuales o fósiles, por su grado de semejanza y determina la presencia o ausencia de afinidad entre sus diversos grupos. Pero esto es sólo posible merced a la paleontología, que estudia los fósiles de animales y plantas, su distribución y desarrollo. Los datos que facilitan estas ciencias, así como también los de la zoología, parasitología, patología y psicología, una vez que fueron agrupados por Darwin, le permitieron a éste afirmar con toda seguridad que los antepasados inmediatos del hombre habían sido monos fósiles de la Era Terciara, habitantes de las regiones tropicales del Viejo Mundo. "Los simios, escribe Darwin, se dividieron entonces en dos grandes ramas: los monos del Nuevo Mundo y los del Viejo, de últimos surgió, en un remoto, el Hombre, maravilla y gloria del Universo". Según Darwin, nuestros antepasados, los monos vivían en manadas en los árboles, sus orejas eran puntiagudas, estaban cubiertos de pelo, ambos sexos tenían barba. Evidentemente, se trataba de monos inferiores y primitivos.
Los antecesores más inmediatos, señala Darwin, fueron monos antropomorfos. Entre los antropoides fósiles que él conocía menciona al antropoides fósiles que él conocía menciona al driopiteco. En virtud de cambios en las condiciones naturales, en particular la disminución de la superficie boscosa, estos antepasados nuestros, los antropoides extinguidos, en busca de sustento se vieron obligados a pasar de los árboles al suelo, en zonas donde los bosques alteraban con las llanuras, más tarde habitaron lugares completamente desprovistos de bosques.
Estos cambios radicales no pudieron menos de reflejarse en la forma de desplazamiento: el andar semicuadrúpedo-semibípedo fue sustituido por la locomoción bípeda. Esto, claro está, fue un proceso muy largo, pero aparejó el importante resultado de que las manos se liberaron de su función de apoyo o sostén del peso del cuerpo durante los desplazamientos. El hombre sólo pudo provenir de un animal de andar erguido, cuyas manos estuvieran libres y de cerebro altamente desarrollado. Al continuar perfeccionándose, el hombre llegó a ocupar el primer puesto entre todos los seres. Merced a sus notables facultades intelectuales, escribe Darwin, nuestros antepasados pudieron comenzar a elaborar instrumentos y a emplear el leguaje articulado; de este modo adquirieron poder sobre la naturaleza. Todo el desarrollo ulterior de la ciencia ha confirmado la exactitud de la tesis darviniana acerca del origen del hombre a partir de los antropoides fósiles. Pero éstos sólo fueron los antepasados inmediatos del hombre. Si retrocedemos más y más encontraremos entre los antecesores del hombre a los monos inferiores, los prosimios, mamíferos inferiores placentarios, los marsupiales primitivos, monotremas, reptiles, anfibios, dipnoos, peces ganoideos, cordados primitivos como la lanceta (Amphioxus lanceolatus) y, finalmente el invertebrado del que derivaron ésta y las ascidias. El cigoto humano recapitula, en cierto modo, este estadio de la evolución filogénica.
Durante su desarrollo ontogénico, el hombre parece repetir, abreviadamente, el desarrollo histórico de sus antepasados. Darwin, ya en 1844, había hecho una serie de observaciones muy profundas acerca de la conexión entre ontogenia y filogenia, vemos en ellas una anticipación a la llamada ley biogenética de Müller y Haeckel. Otro sabio Alemán, el descollante darvinista Ernst Haeckel, desarrolló el problema y formuló en 1868 su famosa "ley biogenética fundamental". Según Haeckel "la ontogenia es una recapitulación rápida y breve de la filogenia, determinada por las funciones fisiológicas de la herencia (reproducción) y de la adaptación (nutrición). El individuo orgánico repite, en el transcurso rápido y breve de su desarrollo, los más importantes de los cambios que, con arreglo a las leyes de la herencia y la adaptación, experimentaros sus antepasados en el curso lento y prolongado de su desarrollo paleontológico". Alexéi Nikoláievich Siévertsov, señaló que el desarrollo del embrión de un vertebrado moderno indica no tanto cuáles fueron las formas adultas de los antecesores de los vertebrados, sino más bien cuáles fueron sus formas embrionarias, ya que en la estructura de un cuerpo muchas variaciones esenciales, de carácter hereditario, acechen durante el desarrollo embrionario y se reflejan en la estructura de las formas adultas en las generaciones siguientes.
No obstante, es indudable que el estudio de las formas embrionarias nos permite también apreciar una serie de peculiaridades estructurales de las formas adultas precedentes, tanto más cuando que la reproducción y transmisión de los caracteres ocurre a través de las formas adultas y no de los embriones.
La ontogenia humana comienza con el óvulo. Una vez fecundado por el espermatozoide y fijado a la pared de la matriz, el cigoto es ya en sí un embrión primitivo del hombre. Aquí continúa produciéndose el proceso de segmentación en células hijas ya iniciado en la trompa de Falopio (donde generalmente se produce la fecundación).
En las etapas iníciales del desarrollo embrionario, el proceso de división se asemeja al del surgimiento de los animales pluricelulares a partir de los unicelulares, ocurrido, posiblemente, ya en la Era Proterozoica: en todo caso en los estratos de la corteza terrestre correspondientes a final de esa era y que se sedimentaron hace unos quinientos millones de años, los científicos encuentran vestigios de los principales tipos de los invertebrados.
Las primeras fases del desenvolvimiento embrionario de los monos se conocen mejor que las del hombre. En los macacos, por ejemplo, Adolf Schultz estudió embriones en la etapa en que tenían muy pocas células, y llegó a observar la segmentación hasta la fase de ocho blastómeros. Las primeras etapas de la segmentación del cigoto humano se han conocido hace muy poco: en 1954, Hertig, Rock, Adams y Milligan (EE.UU.) estudiaron cuatro cigotos de 2, 12, 58, y 99 blastómeros. Los embriones humanos de cinco o seis poseen ya segmentos mesodérmicos.
La segmentación en la estructura del sistema muscular del embrión humano pone de manifiesto la etapa de los procordados, de la cual ha heredado, también, el notocordio, rudimentos renales primarios (riñones delanteros) y vestigios del rabo.
Cuando cuentan con unas pocas semanas, los embriones del hombre y de los demás mamíferos muestran muchos rasgos de semejanza con los peces. El sistema circulatorio es análogo al característico de los peces: corazón de dos cavidades, arteria caudal, vasos sanguíneos similares los seis arcos aórticos que conducen a los arcos branquiales. A esto se suman la forma general del cuerpo embrionario, el rabo, las hendeduras branquiales y una prolongación filiforme de la parte inferior de la médula espinal. Todo esto nos lleva a la convicción de que entre los antepasados más antiguos del hombre y de los demás vertebrados superiores se contaban los peces. Algunas peculiaridades específicas de la " etapa íctica" del desarrollo pueden manifestarse en el hombre bajo la forma de atavismos, como las fístulas cervicales, que se comunican con la faringe. En esta fase temprana, el encéfalo humano posee todavía una estructura muy primitiva, al igual que en los demás vertebrados.
La epífisis es un órgano que desde el punto de vista de la filogenia, está estrechamente vinculado a otro, a saber, el ojo pineal. Este puede captar los rayos luminosos, en ciertos vertebrados actuales se desarrolla como un órgano en los impares. Entre los ciclóstomos se le encuentra en las lampreas, y entre los reptiles, en los esfeno dones (arterias). En los cráneos de la mayoría de los peces antiguos, anfibios y reptiles fósiles, se observa el orificio correspondiente al ojo pineal. Esto nos permite suponer, también que en nuestros lejanos antepasados, los vertebrados inferiores. Mayor interés aun presenta la hipófisis. A juzgar por la estructura de este órgano en los ciclóstomos (especialmente en los mixínidos, en los cuales un extremo del conducto de la hipófisis comunica con el exterior mediante un orificio en la cabeza, delante de los ojos, y en el extremo desemboca en el intestino).
La hipófisis está íntimamente relacionada con el segmento craneal del tuvo digestivo (incluyendo la cavidad bucal) y el sistema branquial: su parte anterior es una derivación de un saliente de la cavidad bucal primaria.Anteriormente se consideraba que la hipófisis y la epífisis eran órganos sumamente misteriosos, en su época, Descartes llegó a suponer que la epífisis era el asiento del alma, en la actualidad estos antiquísimos órganos han experimentado una intensa transformación y en la actualidad son glándulas de secreción interna. Las peculiaridades de su desarrollo en el hombre ponen de manifiesto la afinidad de éste con los vertebrados más simples. ¿Qué ha heredado el hombre de la etapa de los anfibios? En opinión de algunos investigadores, deben atribuirse a este estadio las membranas natatorias que se desarrollan entre los dedos del embrión humano. Los tendones de los músculos rectos, en la parte inferior de la pared del abdomen, han sido heredados de los anfibios.
También de ellos procede la arteria isquiática (rama de la arteria glútea inferior). Los hallazgos de un hueso central libre en el carpo de algunos adultos constituyen, ejemplos de regresión al tipo de estructura de nuestros antepasados anfibios.
En la región olfatoria, el hombre ha heredado de los anfibios un divertículo, el órgano de Jacobson, que desarrolla hacia el quinto mes de vida uterina, en forma de conducto que conecta las cavidades nasal y bucal, aun cuando este órgano se reduce el término del desarrollo fetal, se le puede apreciar en el hombre adulto, bajo la forma de un corto y pequeño conducto ciego al que se fijan las terminaciones de unos nervios especiales.
El órgano de Jacobson presenta un considerable desarrollo en los rumiantes.
Finalmente, el hombre ha heredado también de los antiguos anfibios un vestigio de la membrana nictitante, en forma del llamado pliegue semilunar o carúncula lagrimal en el ángulo interno del ojo. Este pliegue corresponde a la membrana nictitante, perfectamente desarrollada en los anfibios, reptiles y aves actuales, que también se presenta en algunos peces. En la mayor parte de estos mamíferos esta membrana se ha reducido considerablemente, ante todo en los cetáceos y la mayor parte de los primates, pero está muy desarrollada en otros, como por ejemplo los conejos, gatos y algunos monos.
El hombre también heredó de sus antepasados reptinianos algunos rasgos que se manifiestan más claramente en el feto de pocos meses, por ejemplo en el desenvolvimiento del encéfalo y en la estructura y característica de las extremidades.
En el embrión, además el cartílago de Merckel forma parte del primer arco branquial, el cual posteriormente se transforma en la mandíbula inferior. Más tarde este cartílago, al igual que en todos los mamíferos, origina dos huesillos del oído, a saber, el martillo y el yunque. En cambio en nuestros antepasados, el cartílago de Meckel, después de pasar por un proceso de osificación, formaba un eslabón intermedio del complejo enlace entre el maxilar inferior y el cráneo, lo que todavía se observa en los reptiles actuales. El tercer huesillo del oído (el estribo), que surge del arco branquial sublingual (hioideo), existe actualmente, bajo una u otra forma, en los anfibios y reptiles.
La distribución del vello (lanugo) en el cuerpo del feto, por grupos de tres o cinco unidades, corresponde en cierta medida a la forma en que estaban situadas las escamas en la piel de los antiguos reptiles, antepasados de los mamíferos.
Finalmente, la peculiaridad fisiológica consistente en una débil regulación térmica en el cuerpo del recién nacido (y en los niños hasta los cinco años), puede también deberse a que nuestros antepasados derivaron de animales de un tipo intermedio, transicional entre reptiles y los mamíferos. Estos animales poseían meramente un rudimentario mecanismo neurovascular, regulador del desarrollo y distribución de energía térmica en el organismo.
Entre los antepasados más tardíos del hombre, se cuentan diversos mamíferos extinguidos, como lo pone de manifiesto una gran cantidad de hechos. El cerebro del feto humano, en las fases tempranas de su desarrollo, recuerda estrechamente, por su superficie lisa y estructura primitiva, al cerebro de los mamíferos inferiores actuales (según todas las posibilidades, el hombre ha heredado de una forma mesozoica estas características).
Otros rasgos primitivos que se ponen de manifiesto en la ontogenia del hombre, también revelan la afinidad entre éste y los mamíferos inferiores. Por ejemplo, en el embrión humano aparecen, a las seis semanas, varios pares de glándulas mamarias rudimentarias. Por todo el cuerpo (a excepción de las palmas de las manos y las plantas de los pies) se desarrolla un vello bastante espeso, aunque corto: el llamado lanugo. En el velo del paladar se forman prominencias apreciables, muy señaladas, que son sumamente características de los monos, los carnívoros y otros mamíferos.
En el embrión de seis a doce semanas, la región caudal es claramente manifiesta. En ella se puede descubrir la parte terminal de la espina dorsal embrionaria, con ocho o nueve rudimentos de vértebras. Al finalizar este período, la región externa de la cola se reduce, se atrofia. En el sector interno de la región En sector interno de la región coccígea quedan de 6 a 2 vértebras -- las vértebras coccígeas-- que por lo general están soldadas entre sí formando el coxis; este hueso, en los seres humanos jóvenes, comúnmente no está soldado al sacro.
Estos tres últimos rasgos, junto con algunos otros también heredados de nuestros antepasados mamíferos, sólo excepcionalmente se conservan y desarrollan en individuos adultos, constituyendo casos de atavismo. Esta cuenta, por ejemplo, la ausencia, en muchos fetos humano, del hélix (reborde del pabellón de la oreja). Algunos adultos conservan la forma puntiaguda de la oreja, llamada oreja de macaco. Esta forma del pabellón de la oreja es propia de los fetos humanos a los cinco o seis meses de desarrollo, y se hereda, evidentemente, de los monos inferiores fósiles, similares a los macacos actuales y uno de los eslabones de nuestra genealogía. Cuando el hélix no es completo, la piel forma en su sector externo superior una pequeña prominencia, la "prominencia de Darwin".
Entre los atavismos de la etapa de los mamíferos se cuentan también los siguientes: un fuerte desarrollo de los músculos d la oreja en algunos individuos, lo que le permite moverla; el desarrollo de los ventrículos de la laringe (ventrículos de Morgagni) a una profundidad de más de un centímetro; pares supernumerarios de glándulas mamarias o de pezones; rudimentos de dientes superfluos; vellosidad excesiva en el cuerpo y la cara; rabo rudimentario.
Todos los seres humanos poseen el apéndice vermiforme del intestino ciego, o apéndice, simplemente; este órgano rudimentario es testimonio irrefutable de que nuestros antepasados de la etapa de los mamíferos inferiores poseían un intestino ciego bastante largo. En algunos mamíferos actuales, como, por ejemplo, los roedores y ungulados, en el intestino ciego ocurre un intenso proceso digestivo.
El apéndice es sólo uno de los numerosos órganos rudimentarios del cuerpo humano. Una notable característica de estos vestigios u órganos rudimentarios es la gran variabilidad de su forma, dimensiones y estructura. Así, aunque el apéndice del hombre tiene una longitud media 8 ó 9 cm., alcanza a veces los 20 ó 25 cm., como en los monos antropomorfos; otras veces tiene dimensiones muy reducidas, de 1 a 2 cm., y en casos rarísimos no existe.
El apéndice vermiforme es muy rico en tejido linfoideo, ante todo en los individuos jóvenes, y corresponde seguramente a cierto sector del intestino ciego de otros mamíferos que carecen de apéndice; posiblemente cumpla alguna función aún desconocida.
Se puede afirmar que los antepasados de los seres humanos, en el curso de la evolución, perdieron total o parcialmente los siguientes rasgos: la extrema sensibilidad olfatoria, la capa de pelo que recubría el cuerpo, la casi totalidad de los músculos dérmicos, el rabo, el carácter prensil de los pies, aquellos rasgos de la mandíbula y el intestino vinculados al género herbívoro de vida, los sacos laríngeos, el útero bicorne, la oreja puntiaguda. A consecuencia de la disminución del número de crías por preñez, se redujo la mayor parte de glándulas mamarias en las hembras de los antepasados inmediatos del hombre, prosimios y simios; esta reducción según Darwin, se transmitió también a los machos de estos animales.
Resulta sorprendente, en los seres humanos recién nacidos, la extraordinaria capacidad prensil de las manos. Esta peculiaridad constituye una prueba indirecta de que el hombre desciende de animales arborícolas, y pone de manifiesto la etapa símica de la genealogía humana.
Hay que tener presente que las crías de la mayoría de los mamíferos se agarran prensilmente por el vello al cuerpo de la madre. Gran importancia tenían, para Darwin, las pruebas de la afinidad entre el hombre y los animales tomadas de la patología y parasitología comparadas. Nos limitaremos a referirnos tan sólo a una de las pruebas que la parasitología moderna aporta en favor de la teoría darviniana: dieciocho especies de protozoarios de las veinticinco que parasitan a los monos, han sido encontradas también en el hombre, pero no en los demás mamíferos.
En vísperas de la publicación de la obra de Darwin, Engels señalaba la gran importancia que tiene el estudio de la fisiología humana y animal para confirmar la concepción materialista relativa al origen del hombre y a su lugar en la naturaleza. El escribía: "De cualquier modo que se mire, al estudiar la fisiología comparada se comienza a sentir el desprecio más absoluto por el ensalzamiento idealista del hombre frente a los demás animales.
A cada paso uno se tropieza con la más completa coincidencia estructural con los mamíferos restantes; en sus rasgos generales, esta coincidencia se observa en todos los vertebrados y hasta <> en los insectos, crustáceos, tenias, etc... El asunto hegeliano del salto cualitativo en la serie cuantitativa se presenta, también aquí, con mucha belleza.
Darwin prestó mucha atención a la demostración de la identidad filogénica de las emociones y del modo de expresarlas; le dedicó una obra especial estrechamente ligada al "Origen del hombre". En su trabajo " La expresión de las emociones en el hombre y los animales", demostró convincentemente que, por los rasgos de la actividad psíquica elemental y por el modo de expresar las emociones, el hombre está, sin duda relacionado genéticamente con los monos. Otra importante conclusión darviniana fue la inexistencia de diferencias psíquicas entre las razas humanas.
El estudio de hechos de esta naturaleza, junto con el de los rudimentos y atavismos, llevó a Darwin a la convicción de que el hombre tenía una extensa genealogía, cuyos orígenes coincidían con los del reino animal, y de que el último eslabón anterior a los primeros hombres había estado constituido por antropoides fósiles.
Para determinar las últimas etapas de la genealogía humana, Darwin sólo pudo basarse en muy pocos vestigios óseos de mamíferos fósiles (incluidos monos).
A pesar de ello, establecido en forma bastante exacta las etapas generales en la evolución de nuestros antepasados más próximos, a los simios. Señalo también los rasgos principales del desarrollo de la postura erecta en el hombre a partir de los antropoides fósiles del terciario superior, nuestros predecesores directos. Darwin procuró hallar las causas del surgimiento de la postura erguida, supuso que habría tenido una gran importancia el cambio en la nutrición de nuestros antepasados, cuando éstos, en busca de alimentos, comenzaron a abandonar los árboles y frecuentar cada vez más el suelo. Pero señala Darwin, probablemente existieron otras causas que los obligaron a cambiar el modo de vida arbóreo por el terrestre y a adoptar la locomoción bípeda en el campo abierto.
La transición del simio al hombre fue facilitada, según Darwin, por la existencia de diversas peculiaridades tales como el encéfalo sumamente desarrollado y a la diferenciación entre las extremidades anteriores y las posteriores (las primeras ya se habían transformado en órganos especializados para agarrarse de las ramas, coger frutos y otros objetos, mientras que las segundas habían pasado a ejercer, primordialmente, la función de sostén). La postura erguida, el elevado desarrollo intelectual y el instinto gregario facilitaron grandemente, afirma Darwin, la invención de herramientas, la aparición del lenguaje articulado y de los procedimientos de obtener el fuego, y todo esto a su vez, en el curso de su ulterior, desarrollo, situó al hombre a un nivel inconmensurablemente más elevado sobre los demás animales.
Darwin consideraba que nuestros antepasados, al descender de los árboles durante el transcurso d e la lucha por la existencia, tuvieron que comenzar a desplazarse por sobre sus cuatro extremidades (como sucedió con los antepasados de los cinocéfalos). En relación con esto es interesante la opinión de Arthur Keith, quien sostiene que nuestros predecesores arborícolas desarrollaron un tipo especial de locomoción, consistente en apoyar las plantas de los pies sobre las ramas inferiores de los árboles, más gruesas y horizontales, mientras las manos se aferraban a las ramas más altas. Este modo de desplazamiento pudo favorecer la transformación de nuestros antepasados en bípedos, al trasladarse al suelo. A propuesta de Keith, este tipo de locomoción por las ramas ha sido denominado curación.
Tan sólo el hombre se convirtió en bípedo, escribe Darwin; esto se debió a que las manos y pies de sus antepasados -- los monos--, ya se habían diferenciado en distintas direcciones cuando aún habitaban en los árboles. A su vez, el andar erguido aparejó, inevitablemente, el que se intensificase el proceso de diferenciación de las extremidades, durante el cual el pie del simio, con su función en parte de apoyo, se transformó en el pie humano, útil exclusivamente como apoyo. ¿Qué factores biológicos coadyuvaron a la transformación del mono en el hombre? Según Darwin, los principales fueron la selección natural, la influencia del ejercicio y no ejercicio y la selección sexual, a los que ha de agarrarse la variabilidad, las influencias del medio, la reproducción, la herencia, las variaciones correlativas y otros factores aún desconocidos. Como biólogo, Darwin pudo enfocar el origen del hombre preferentemente desde el punto de vista de las leyes biológicas, con particularidad de que exageraba su papel e importancia. Si bien ponía de relieve la enorme diferencia que existe entre el hombre y el antropoide, no pudo llegar a una visión clara de la antropogenia como algo esencialmente diferente de la evolución biológica de los monos y demás animales. Al interpretar este proceso como una transformación gradual del mono en hombre, Darwin no trazó con suficiente precisión la frontera entre el antepasado símico y el primer hombre, establecida por la aparición de las formas más antiguas de trabajo.
Darwin intentó incluir consideraciones de carácter social en su explicación de cómo evolucionó el hombre. Concedió un lugar de privilegio, por ejemplo, al análisis de la influencia de los hábitos sociales humanos sobre el desarrollo del sentido moral y del deber, así como de otras muchas cualidades características del hombre. No obstante, prisionero de las concepciones burguesas acerca del desarrollo de la sociedad, no pudo valorar acertadamente la influencia de los factores sociales y se mantuvo muy distante de la teoría del papel del trabajo en la transformación de la antropogenia. Los obvios defectos en la solución de Darwin al problema de la antropogenia no pueden disminuir en nada la importancia enorme de sus dos libros clásicos consagrados a este tema. Darwin traza en rasgos generales la extraordinariamente extensa genealogía humana, cuyo último eslabón fueron los antropoides fósiles, altamente desarrollados, al final del terciario superior. El estudio de sus parientes actuales nos permitirá hacer revivir en nuestra imaginación los simios fósiles, juzgar acerca de su estructura y peculiaridades biológicas, de su modo de vivir, desplazarse y nutrirse. De este modo será más fácil saber cómo fueron los antepasados inmediatos del hombre. Al mismo tiempo, podremos responder a la pregunta de por qué sólo una especie de antropoides dio origen a la humanidad, mientras que centenares de otras especies simiescas no pudieron transformarse en hombres.
El hombre ha experimentado un proceso de evolución, pertenece a los primates, los cuales iniciaron su evolución en el Paleoceno como mamíferos primitivos arborícolas, hace alrededor de 65 millones de años, mientras que el antecesor propiamente dicho del hombre surgió en el Mioceno, periodo terciario de la Era Cenozoica.
Características de los Primates:
Manos y pies con 5 dedos.
Pulgares oponibles.
Ojos al frente con visión estereoscópica.
Girar el brazo alrededor del hombro.
Flexionar el tronco.
Proporción del cerebro mayor.
Los primates se dividen en dos grandes grupos que son:
Prosimios
Mamíferos de habitat nocturno
Generalmente pequeños con cola larga, se alimentan de frutas.
Como ejemplos tenemos al leina, aye-aye, que generalmente se encuentran en Madagascar.
Antropoides
Habitantes muy semejantes al hombre.
Se nutren de carne y vegetales, viven en grupos o familias.
Platirrinos.- Mono araña, mono aullador, cola, tabique nasal ancho.
Catarrinos.- Macacos, mandriles, cola, tabique nasal angosto.
Ponoyioles.- Orangután, chimpancé, gorila, extremidades superiores más largas que inferiores, posición erecta.
Hominclos.- Representante actual es el hombre (homosapiens).
CLASIFICACIÓN ZOOLÓGICA DEL HOMBRE
Reino - Animal
Phylum – Charolata.
Clase – mamalia.
Orden – Hominidae
Género – Homo
Especie – Sapiens.
EVOLUCION HUMANA.
En la actualidad, se considera que el humano evolucionó de una línea directa de los primates, se cree que él y algunos primates tienen un antepasado común que fue cambiado durante millones de años. El orden de los primates incluye a los lémures, los monos, los antropoides y el ser humano.
El conjunto de cambios que, durante varios millones de años, hicieron evolucionar algunos superiores hasta diferenciarse y constituir la especie humana se conoce como hominización.
Nuestros antepasados pertenecen a la familia hominidae. Los homínidos continuaron su evolución como individuos erectos y terrestres.
El ser humano y los antropoides probablemente evolucionaron a partir de un primate muy parecido al chimpancé moderno, el procónsul, que vivió hace unos 25 millones de años. De él surgieron dos líneas evolutivas. De una, derivaron los póngidos y los gigantopitecidos actualmente extintos.
Austrolophitecus: los científicos sostienen que el primer hominido, antepasado del ser humano actual fue este, género procedente de las sábanas africanas, donde se han encontrado los fósiles humanos más antiguos, era pequeño (más que las personas actuales pesaba unos 40kg, tenia aspecto simiesco, con la cara corta y ancha, la frente muy pequeña, las mandíbulas muy robustas y poco prominentes y dientes fuertes.
Homo Habilis: en 1964 se hallaron los restos de un hominido; se le consideró el primer usuario de herramientas que se encontraron en el mismo sitio. El cuerpo del homo habilis era menos pesado que el de los austrolophitecus, tenía un cráneo con una capacidad cerebral de 670 a 770 cm³, mentón retraído, dientes pequeños, rasgos simiescos menos acentuados y caminaba erguido. Se cree que estos hominidos surgieron de cierta población de austrolophitecus.
Homo Erectus: los científicos dieron este nombre a los fósiles de hominidos que flutúan entre las edades de 1.5 a 0.5 millones de años, los rasgos del homo erectrus eran distintos a los del austrolophitecus y más aproximados a los del ser humano actual; su cuerpo estaba perfectamente adaptado a la postura erguida y a la locomoción de dos pies, la frente inclinada, ausencia de mentón y las mandíbulas pesadas y protuberantes.
Homo Sapiens: hombre de Neanderthal, que apareció en Europa, Asia y Africa.
El hombre del Neanderthal era poderoso y de corta estatura, vivía en un ambiente rigurosamente frío, construyó armas eficaces, cazo grandes animales para su alimentación y enterró a sus muertos con ceremonias. Su cerebro era tan grande o más que el de un humano actual, su avanzada cultura sugiere que era inteligente.
Las primeras personas semejantes a las actuales, pertenecen a la especie Homo Sapiens Sapiens

Biodiversidad.
Conjunto de plantas y animales que viven en el planeta.
Especie conjunto de organismos que pueden cruzarse y tener descendencia fértil.
Diversidad genética variación de la información dentro de una misma especie.
Diversidad de especies variedad del número de organismos de distinta especie.
Diversidad de ecosistemas variedad de regiones naturales
Selva
Arrecife de coral
Regiones Estepa o pastizal
Bosque
Desiertos
Tundra
Sabana
Taiga
Tipos de seres vivos.
Todos están formados por células.
Citoplasma
Célula Núcleo
Membrana
Los organismos se clasifican:
Por número de células
Unicelulares
Pluricelulares
Por presencia o ausencia de núcleo definido
Procariontes sin núcleo
Eucariontes con núcleo
Por utilización de oxígeno
Aerobios con oxígeno
Anaerobios sin oxígeno
Importancia de la Biodiversidad.
De la biodiversidad se obtienen alimentos, se obtienen medicinas, vestimenta y materias primas.
De las plantas obtenemos oxígeno y ellas modifican el clima.
Las plantas regulan la energía química e intervienen en los ciclos naturales.
Los animales herbívoros mantienen el equilibrio de las plantas. Algunos animales reciclan y descomponen nutrientes. Algunos son fuente de alimento o materia prima.
Habitat territorio con determinadas condiciones ambientales de diferente especie.
RAZONES QUE PROVOCAN LA PERDIDA DE BIODIVERSIDAD.
Naturales
Cambio climático, erupción volcánica, incendios, maremotos, terremotos, ciclones, tornado, derrrumbes.
Artificiales
Acciones humanas contaminación, caza, pesca, deforestación, crecimiento, perturbación de habitat, control de plagas, introducción de especies.
También se agrupan en vertebrados e invertebrados.